El hijo de hombre data del año 1946, y es una de las obras mas conocidas del pintor surrealista belga René Magritte.
Afamado por sus obras ingeniosas que hacen pensar, este autorretrato consiste en un hombre vestido con un abrigo y bombín, de pie delante de un muro bajo, y mas allá está el mar y el cielo nublado. Aunque su cara está cubierta con una manzana verde, se puede ver sus ojos detrás del borde de la manzana. Una caracteristica mas sútil es la mano izquierda del hombre que parece doblarse hacia atrás.
El cuadro, que está ejecutado al oleo sobre lienzo, pertenece al movimiento del surrealismo. Magritte usa las pinceladas ligeras y los colores oscuros para llamar atención hacia el hombre del primer plano. Por otro lado, los tonos fríos y claros del mar y del cielo contraponen el hombre con este fondo sencillo.
La imágen representa el conflicto entre lo que es visible y lo que lo visible esconde, un interés intenso en lo escondido, misterioso. Magritte dice que todo lo que vemos esconde algo y tenemos siempre ganas de ver o saber lo que está oculto en lo que vemos. Aun siendo un autorretrato, la manzana esconde la parte más integral de un autorretrato, el rostro. En sentido figurado, quiere mostrar tal vez las profundidades oscuras del ser humano y el hecho de que nunca se vea su cara real. Además, es un tema repetitivo en muchas de sus obras, incluso una en la que hay un flor que cubre la cara de una mujer, y la otra en la que figura un hombre cuyo rostro no se ve debido a un pájaro volando.
Tertulia Creativa 